FiloLab

Las nuevas tecnologías de la información han creado un contexto social de comunicación generalizada en el que la distinción clásica entre emisores y receptores se desdibuja cada vez más. A las controversias públicas actuales se unen cada día voces y perspectivas distintas, dejando definitivamente atrás el confort, y las limitaciones, de una narrativa única. En este contexto abundan tanto las oportunidades como los riesgos. Entre las oportunidades, está la de incorporar más voces al acervo colectivo, en un intento por hacer justicia a realidades sociales de creciente complejidad. Entre los riesgos, el vaciamiento de nociones difíciles como verdad, valores o racionalidad a favor de sustitutos más dúctiles como posverdad, interés u opinión pudiera acabar desarticulando la posibilidad misma de deliberación y acuerdo racional.

La reivindicación del papel de la racionalidad frente los argumentos de autoridad, frente al peso de la tradición o la inercia de la costumbre, ha sido una piedra de toque del pensamiento filosófico desde sus inicios. Sin embargo, la forma dominante de entender el ejercicio de la razón ha apelado, tradicionalmente, a principios y valores universales, y con frecuencia ha conducido a la idea de que, al igual que en cuestiones científicas o de hecho, existen “expertos en valores”. Entre una concepción monolítica de la racionalidad y la mera yuxtaposición de opiniones diversas, el pensamiento actual se enfrenta al reto de hacer viable la interacción racional entre individuos que, partiendo de puntos de vista diferentes, experimentan cada día la necesidad de coordinar su actuación.

Se propone la creación de una Unidad Científica de Excelencia que destaque por su relevancia e impacto científico y social a nivel nacional e internacional. La Unidad se inscribe en el área de Humanidades, y más concretamente en el ámbito de la Filosofía aplicada a distintas esferas del debate público. El objetivo de este proyecto es fortalecer la capacidad investigadora y la producción científica conjunta de sus integrantes, así como potenciar el liderazgo internacional del grupo e incrementar su capacidad para atraer talento.

La creación de esta Unidad de Excelencia pretende estudiar la vigencia actual y el alcance de nociones como verdad, valores o racionalidad en el ámbito del debate público. A la luz de este análisis, pretende plantear estrategias metodológicas para mejorar la calidad del debate público, así como examinar la idoneidad de dichas propuestas mediante el estudio de debates públicos concretos de especial relevancia. Así, como Unidad de Excelencia, este equipo de trabajo se plantea los siguientes objetivos:

La Unidad se vertebra en torno a la Filosofía, pero posee una marcada vocación transdisciplinar. En efecto, el estudio del debate público y las controversias parte del reconocimiento de la interdisciplinaridad del campo, pues obviamente se trata de un tema que ha sido objeto de diversas disciplinas académicas: epistemología, teoría de la argumentación, derecho, ética aplicada, lingüística, ciencia cognitiva, filosofía de la mente, filosofía del lenguaje, teoría política, etc. Ahora bien, una Unidad de Excelencia sobre este tema no debería contentarse con una mera yuxtaposición de discursos independientes que transcurrieran en paralelo sin informarse mutuamente. Antes bien, nuestra Unidad de Excelencia aspira, en un primer momento, a un logro más ambicioso, una práctica interdisciplinar en la que cada uno de esos discursos disciplinares incorporen las aportaciones de los otros. Pero, más aún, el objetivo último es la articulación de un marco transdisciplinar coherente y sistemático, capaz de generar un corpus teórico integrador de métodos y discursos de campos diversos

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